Entre las tendencias de consumo, no hay duda de que el comercio electrónico es uno de los segmentos que mayor crecimiento tendrá en los próximos años dentro de nuestro país, de hecho, en los últimos cinco años han mostrado ya una evolución explosiva, pero todavía es un nicho pequeño cuando lo comparamos con el total de ingresos del sector comercio. Dependiendo de la fuente, el e-Commerce en México participa con 2% a 3% de las ventas totales del sector comercial formal, cuando a nivel internacional esta cifra se ubica entre 12% y 15%. Aun cuando no esperemos replicar tales niveles, es innegable que hay un camino largo por recorrer aún.
Renegociación del Tratado de Libre Comercio
Hemos visto relativamente de forma reciente la llegada de Amazon a México, pero entre los participantes locales tenemos esfuerzos serios por parte de prácticamente todos los minoristas y departamentales y en más de uno de éstos se han incorporado secciones denominadas Marketplace, que no es otra cosa que la invitación a empresas pequeñas y medianas a realizar sus ventas mediante los portales de los grandes establecimientos, a cambio de una comisión en cada venta. Es un esquema que inició hace muchos años con Amazon en EE.UU. y que ofrece el beneficio de la palanca tecnológica, sin tener que invertir directamente en su desarrollo. Definitivamente, es una atractiva puerta de entrada al e-Commerce para las Pymes. Este es el contexto que hay que considerar hoy en relación a los cambios que se han acordado en principio con los ajustes propuestos bajo la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) —o por ahora, el acuerdo bilateral con EE.UU. Uno de los puntos que afectarán directamente la dinámica del comercio electrónico en México será el mayor monto de compras hechas internacionalmente que podrán viajar a través de la frontera sin pagar impuestos adicionales; éste pasará de US$50 a US$100 una vez que entré en vigencia este nuevo acuerdo.
Ciertamente, esto implica que los portales de comercio basados en Estados Unidos podrán tener la oportunidad de penetrar el mercado mexicano, pero esto sólo será eficaz en casos muy puntuales: mercancía que el consumidor no encuentre en el mercado local o productos de especialidad con características muy específicas. La razón es básicamente el costo de transporte. Sí, el monto propuesto es el doble de lo actual, pero también hay que tener contexto: un producto de valor inferior a US$100, vendido a precio de mercado en E.E.U.U. más el costo de envió individual a México (que porcentualmente es importante usualmente) tendrá que competir con una oferta local basada en costo de compra a mayoreo y flete a gran escala más la utilidad del minorista; no siempre tendrá un costo menor. A ello hay que sumar la política de devolución y los costos implícitos en ello, como un obstáculo más, entre otros.
Por el contrario, visto desde México, esta propuesta podrá beneficiar a pequeñas y medianas empresas que puedan ofrecer sus productos en el mercado extranjero incluso aunque sea a través de un Marketplace, ya que en México el costo de producción de mercancía artesanal, productos de mano de obra intensiva o incluso artículos de especialidad, los ponen en una posición competitiva importante. Si la empresa productora tiene con este umbral de US$100 la oportunidad de saltar al intermediario, o llegar por primera vez a un mercado masivo como el de EE.UU., esto podría detonar su actividad.
Así, las Pymes tendrán todo 2019 para gestar y afinar su estrategia de comercio electrónico internacional, antes de que los cambios entren en vigor al iniciar 2020. Podemos ver estos cambios en TLC como una amenaza o como una oportunidad; todo depende de nosotros al final.
Carlos Hermosillo Director de Análisis Fundamental