La Prima de Riesgo

Carlos Hermosillo

Publicado por Carlos Hermosillo el 14 de noviembre de 2018 11:30:00 CST

En días recientes la volatilidad en los mercados financieros se ha incrementado de forma muy importante; en los internacionales el tema ha sido la recurrente expectativa de que las tasas de interés seguirán subiendo en los próximos meses, y que la relación comercial E.E.U.U.-China puede deteriorarse a tal grado que tenga consecuencias serías en otros países que hacen negocio con ellos.

prima de riesgo

En México tenemos también otros asuntos que han afectado. A finales de octubre tuvimos la consulta Ciudadana para la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y en la primera quincena de noviembre tenemos la inesperada propuesta de cambiar la legislación a fin de eliminar las comisiones que cobran los bancos. Los dos frentes conllevan  más información que la que podemos ver a simple vista: incorporan un grado de incertidumbre a temas que hace pocas semanas tenían un panorama asumido diferente. El hecho de cambiar de perspectiva sí aporta un grado de volatilidad, y como sabemos, el mercado financiero rehúye escenarios en donde la evolución a futuro no está claramente definida; es menos grave cuando se trata de una evolución de largo plazo, pero se vuelve crítica cuando se hace referencia a expectativas de muy corto plazo. En términos medibles, esto se puede ver en la Prima de Riesgo.

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La Prima de Riesgo no es un indicador que el ciudadano común use todos los días, pero sí uno que incide sobre variables que le afectan como tasas de interés, tipo de cambio, y el valor de activos de inversión como los son las acciones en el mercado de capitales. Hay dos indicadores que vale la pena conocer; el EMBI y el CDS. En ambos casos, el término “Prima de Riesgo” describe precisamente lo que éstos implican: cuando el mercado reconoce un mayor nivel de riesgo, sea por incertidumbre o por variabilidad, un inversionista va a demandar niveles más elevados de retorno a una misma inversión. Esta ”prima” hace referencia al sobreprecio que se debe incorporar al instrumento a fin de hacerlo atractivo; recordemos, en finanzas, la relación riesgo-rendimiento es directamente proporcional.

El instrumento tradicional que mide la prima de riesgo es el EMBI (Emerging Markets Bond Index), y es comúnmente llamado “Riesgo País” ya que mide la diferencia entre la tasa que paga un bono similar en plazo y moneda (el dólar norteamericano, por diseño), emitido por un país en contra de uno emitido por el gobierno de E.E.U.U., es decir, mide el riesgo de la calidad crediticia del país en cuestión. Si bien el concepto es muy sencillo, es simplemente la resta entre un nivel de tasa y otro, su disponibilidad no es tanto ya que al ser un indicador emitido por una institución financiera privada, es información sujeta a un costo. Como referencia, hoy día el EMBI México se encuentra en 535 puntos, y cuando inició el año se colocaba en 447. En contraste podemos considerar sus niveles en etapas de estrés para los mercados. El nivel que alcanzó tras la elección de Trump en 2016 fue de 514, y en 2011 con la revisión a la baja de la calificación de crédito de E.E.U.U. se ubicaba en 456 puntos. En 2008, a poco tiempo de estallar la crisis hipotecaria, llegó hasta 736 puntos.

El otro instrumento, el CDS (Credit Default Swap), es relativamente más sofisticado pero es fácil de revisar, ya que se publica como un indicador más en las páginas y medios especializados de finanzas. Su definición es muy similar en concepción a una fianza, se trata de un contrato de protección o de cobertura ante un eventual falta de pago por un tercero. Como tal, su costo sube proporcionalmente al plazo que se quiere cubrir, y la volatilidad del instrumento o deudor. Normalmente los CDS están referenciados al crédito soberano, por lo cual podemos revisar un CDS México de 5 años, por mencionar un plazo, y éste estará ligado a las características de la deuda soberana para ese plazo y de acuerdo al nivel de volatilidad y tasas de mercado. Como ejemplo, el CDS de 5 años en estos momentos se coloca en 139 puntos, cuando arrancó el año en 106 puntos. Como referencia, este indicador subió hasta 180 tras la elección de Trump en 2016, se ubicaba en 200 tras la reducción de calificación de crédito a E.E.U.U en 2011, y en 2009 tras la crisis hipotecaria llegó hasta 462 puntos.

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