La inversión en infraestructura es muy relevante porque tiene un efecto multiplicador en la economía de un país: genera empleo y mejora la calidad de vida. A través de la creación de nueva infraestructura se pueden construir canales adicionales de comunicación tales como: carreteras, aeropuertos y puertos entre otros; mismos que favorecen a un mayor dinamismo en la economía local, creando una amplia conectividad entre ciudades y poblaciones, que podrán trasladar productos y servicios entre ellas.
El Gobierno Federal y el sector privado anunciaron inversiones incluidas en el Plan Nacional de Infraestructura. En un paquete inicial se incluyeron 147 proyectos que representan una inversión privada total de P$859 mil millones (de los cuales el 50% se estará ejecutando en 2020). El sector que atraerá mayores inversiones será el de transporte (33% del total), seguido de turismo (29%) y telecomunicaciones (14%).
El anuncio es positivo, ya que da mayor claridad sobre las inversiones en infraestructura en México y marca el acercamiento del Gobierno con la iniciativa privada. Además, es un primer paso para impulsar el crecimiento de la economía.
Los grupos aeroportuarios listados en la Bolsa Mexicana de Valores serán de los primeros en realizar inversiones.
En esta ocasión, nos gustaría resaltar que durante los próximos cinco años se realizarán inversiones importantes en la infraestructura aeroportuaria del país. Seremos testigos de expansiones en aeropuertos como Cancún, Monterrey y Guadalajara.
El contar con una infraestructura adecuada en aeropuertos, permite detonar el crecimiento económico de la región, atraer a un mayor número de inversiones y potenciar el número de visitantes, dentro y fuera de México. El transporte de carga también juega un papel importante como generador de fuentes de empleo y para posicionar a México como un país clave en logística y manufactura de diversos productos. Una parte importante del éxito que ha tenido el Bajío para atraer más inversiones es justamente su conectividad aeroportuaria y carretera.
En México, los viajes aéreos per cápita son de 0.7 al año, ligeramente por debajo respecto al nivel de Brasil (0.8), y al compararlo con EUA (2.3 al año) y Europa (1.4) concluimos que se tiene un enorme potencial de crecimiento. Al cierre de 2018, el sistema aeroportuario mexicano atendió 150 millones de personas (el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México atendió 48 millones).
Los tres grupos aeroportuarios que están listados en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ASUR, GAP y OMA (que atendieron 33 millones, 40 millones y 22 millones de personas en 2018, respectivamente) estarán realizando inversiones importantes en los aeropuertos que operan, con el objetivo de incrementar su tráfico de pasajeros y hacer más eficiente su operación:
- GAP: esperamos inversiones cercanas a P$20 mil millones en los próximos cinco años, donde se incluye la construcción de una segunda pista en el aeropuerto de Guadalajara (su principal aeropuerto).
- OMA: invertirá en su red de aeropuertos cerca de P$10 mil millones, de los cuales, P$4 mil millones se destinarán a la expansión del aeropuerto de Monterrey (su principal aeropuerto).
- ASUR: ha realizado inversiones importantes, mismas que totalizarán P$13 mil millones para el cierre de 2023 (donde se incluyen la ampliación de la terminal 4 del aeropuerto de Cancún).
Consideramos que por su naturaleza los grupos aeroportuarios son opciones atractivas de inversión para portafolios patrimoniales. Son compañías que pagan dividendos atractivos (5% en promedio al año), cuentan con una posición financiera sólida, un nivel de endeudamiento mínimo y con atractivo potencial de crecimiento. Los nombres que actualmente nos gustan son GAP y OMA.
Si deseas conocer más sobre el tema, te invitamos a leer nuestros reportes sobre estas empresas para tener un mayor detalle sobre las perspectivas que tienen para los próximos años:
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