La expansión del coronavirus en Europa y EE.UU. ha generado preocupaciones sobre el impacto que tendrían las medidas de contención del virus sobre la economía mundial, y por lo tanto en la inversión de las personas. Para afrontar el elevado nivel de incertidumbre que se observa en los mercados, los bancos centrales alrededor del mundo han comenzado a implementar medias de apoyo a las economías a través de reducción de tasas e incremento de liquidez. La evolución del virus en China y su impacto sobre la economía indican que la volatilidad que se observa en los mercados podría extenderse la siguiente semana, ya que es probable que los contagios se aceleren en EE.UU. y en países de América Latina. En este contexto, la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) señala que el efecto del COVID-19 será transitorio y de moderado impacto durante 2020 y que se observará un rebote en el crecimiento durante 2021.
Virulencia del COVID-19
A finales de enero, los medios de comunicación comenzaron a reportar el brote de un nuevo virus de tipo respiratorio en China. Al principio los mercados no dieron importancia suficiente a esta información ya que el virus se encontraba contenido en la provincia de Wuhan. Sin embargo, a mediados de febrero, el ritmo de contagio del virus comenzó a cobrar notoriedad ya que éste se dispersó a otras regiones de China, donde el número de contagios llegó a 40 mil personas. En ese momento el gobierno de China comenzó a implementar medidas de emergencia para contener la expansión del virus y ordenó el cese de actividades escolares, reuniones masivas y el cierre de fábricas. Si bien los mercados mostraron cautela de forma esporádica por el contagio del virus, estos continuaban mostrando una tendencia positiva, ya que China anunció medidas de apoyo económico a las regiones más afectadas para disminuir el impacto sobre el crecimiento económico.
A partir del 20 de febrero de este año el sentimiento del mercado cambió, ya que el virus comenzó a presentarse en Europa, en específico a Italia, y en algunas partes del continente americano. El incremento en la virulencia del COVID-19 provocó que la Organización Mundial de la Salud elevara el nivel de alerta global de “Alta” a “Muy Alta”. Esto ha provocado una cobertura intensa en medios de comunicación sobre los nuevos casos, dejando un poco de lado el desarrollo de la enfermedad en el epicentro. El estado de los casos identificados en la región de Asia, en específico en China, muestra que el 67% de éstos se encuentra ya recuperado, el 29% se mantienen activos y el 4% ha derivado en muertes. Si usamos la historia de China como referencia para el resto del mundo, podríamos esperar que el ritmo de contagio comience a disminuir en Europa en las próximas semanas, si bien puede incrementarse en los EE.UU. y otros países de América Latina.
Impacto del COVID-19 en los mercados
Ante el desarrollo de estos eventos, y luego de conocer el impacto de las medidas de contención sobre la economía de China, los mercados han reaccionado con una volatilidad marcada por el temor de que estos números pudieran repetirse en Europa y EE.UU. y con ello, disminuir el ritmo de crecimiento de la economía global.
La reacción del mercado siguió el patrón que típicamente se presenta cuando los inversionistas comienzan a disminuir posiciones en activos de riesgo, en búsqueda de activos de protección. Así, las bolsas alrededor del mundo mostraron retrocesos importantes, dónde el S&P 500 acumula un rendimiento de -12.7% desde el máximo registrado el 14 de febrero de 3,380 puntos. De la misma forma, los precios del petróleo retrocedieron -26.1%, luego de registrar un nivel de 63.1 dólares el 3 de enero de 2020. Por su parte, el oro avanza 13.0% al cotizar en 1,670 dólares por onza. Sin embargo, uno de los cambios más importantes se ha presentado en las tasas gubernamentales de largo plazo, sobre todo en las de los EE.UU. Por primera vez en la historia, la tasa de 10 años se ubica por debajo de 1.0%, ubicándose actualmente en 0.73%.
Reacción de Bancos Centrales
Ante la reacción de los mercados y la afectación esperada sobre el crecimiento mundial, el 3 de marzo la Reserva Federal recortó de forma extraordinaria la tasa de referencia en 50 puntos base para dejarla en un rango entre 1.00% y 1.25%. Al inicio los mercados reaccionaron positivamente, ya que tasas más bajas tienen un impacto positivo en la valuación de empresas, siempre y cuando éstas no cambien su expectativa de generación de ingresos. No obstante, conforme el mercado digirió el anuncio, las bolsas estadounidenses comenzaron a retroceder, ya que los inversionistas interpretaron que la Fed vislumbra un panorama más negativo a lo esperado. Desde ese momento, la volatilidad en mercados se ha exacerbado y ahora los futuros de tasas descuentan, casi por completo, un recorte de 75 puntos base en la tasa de referencia durante la reunión del 18 de marzo.
Impacto del COVID-19 en la economía global
Si bien aún es muy pronto para conocer el impacto final que tendrán sobre la economía global las medidas de contención del virus, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizó un estudio en el que evalúa el impacto que podría tener el COVID-19 en el crecimiento global a través de cadenas globales de producción, de comercio y viajes internacionales.
De acuerdo con la OCDE, las restricciones sobre los movimientos de personas, bienes y servicios, así como las medidas de contención aplicadas y el cierre de fábricas, han hecho retroceder al sector industrial y recortado la demanda interna en China. El impacto sobre el resto del mundo se ha dado a través de los viajes de negocios y el turismo, las cadenas de suministro, las materias primas y la caída de la confianza, está agravándose.
Así, la Organización espera que el crecimiento mundial se desacelere en -0.5 puntos porcentuales durante 2020, por lo cual ha cambiado su pronóstico de 2.9% a 2.4%. Al mismo tiempo, la OCDE considera que el impacto será transitorio y que en 2021 se observará mayor crecimiento mundial. Así, el pronóstico para el siguiente año se revisó al alza de 3.0% a 3.3%.
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